Es sábado por la noche, las 21 h, hora punta en el restaurante. Los cocineros colocan filetes finos de pescado, arroz y verduras en platos limpios mientras los camareros traen platos sucios a la cocina cada minuto. Y entre medias un lavavajillas, que esta noche vuelve a funcionar a toda máquina. Era una oferta súper especial que el propietario había comprado de pasada el mes pasado. Una ganga que inesperadamente deja de funcionar a las 21:30 h y trae el pánico a la cocina.
Rápidamente corrió al teléfono, pero no hubo respuesta del servicio de atención al cliente del fabricante. La única salida es llamar a un empleado temporal para que se encargue de fregar los platos. Por supuesto, esto no sale gratis. Costes de explotación innecesarios que confirman el viejo dicho: "Lo barato sale caro"